A principios de 1808, a los problemas económicos y el descontento social que vivía España se añadieron la orfandad de la nación, la invasión francesa y la connivencia de las máximas instituciones con los agresores, lo que trajo consigo una nueva crisis política que dio lugar a un cambio en las estructuras del poder con la aparición de las Juntas. Sevilla era la capital de la España no dominada aún por Napoleón, lo que hizo que la Junta Suprema se estableciera en la capital andaluza y comenzara a gestionar la defensa frente al invasor e incluso una cierta diplomacia internacional bajo la presidencia de un personaje clave: Francisco de Saavedra. En Sevilla en 1808 se hace una minuciosa relación de los preparativos del ejército de la Junta de Sevilla que hicieron posible la victoria de Bailen, el más glorioso día que jamás habían visto las armas españolas. Los garrochistas en Bailén, la otra obra de Gómez Imaz que se incorpora a esta entrega, relata la intervención de los lanceros de Jerez y Utrera. Enrolados en la división que mandaba el general Manuel de la Peña, estos aguerridos voluntarios eran magníficos jinetes que podían maniobrar muy fácilmente entre los olivares.
© 2025 www.libroslar.com